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Capítulo 10. 9. Intoxicación por
productos de limpieza
6. VALORACIÓN DIAGNOSTICA |
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6. 1. DIAGNOSTICO CLÍNICO Alrededor de un 20% de pacientes con lesiones esofago-gástricas no presentan lesiones orofaríngeas. De estos datos se desprende que no se debe adoptar la actitud de no proseguir la valoración del paciente por el hecho de no hallar lesiones en la cavidad bucal. La variación clínica es la norma, que puede ir desde síntomas
absolutamente
A la lesión directa, se añade la producida por las altas
temperaturas secundarias a reacciones químicas con los líquidos
orgánicos. Las repercusiones clínicas oscilan desde la ausencia
de síntomas, al cuadro de fallo multiorgánico por el que
se fallece en pocas horas, dependiendo de la dosis y el tiempo transcurrido.
La fase aguda se caracteriza por disfagia, dolor en orofaringe, tórax
o abdomen; el edema de la vía aérea superior o la
La endoscopia siempre está indicada, salvo en casos accidentales con ingestas mínimas, para valorar el grado de afectación, la necesidad o no de cirugía e intervención a realizar. Los ácidos carecen de la capacidad de producir necrosis por licuefacción
de carácter penetrante. Los ácidos fuertes provocan necrosis
por coagulación, que forma una escara protectora y retrasa la lesión
por el cáustico. El grado de extensión de las lesiones por
ácidos depende de la duración del contacto y de la concentración
del ácido. Suelen pasar rápidamente sobre la mucosa esofágica
y llegan al estómago. Las lesiones del esófago son generalmente
leves, y consisten en ulceraciones superficiales. La mayoría de
las lesiones por ingestión de ácido tienen lugar en el estómago,
sobre todo en el antro
La lesión de los tejidos por álcalis es más frecuente
que la de ácidos, se produce inmediatamente al contacto con la sustancia.
Debido al mecanismo patogénico de necrosis por licuefacción,
las sustancias químicas penetran profundamente en el seno de los
tejidos originando lesiones transmurales. La boca, la faringe y el esófago
son las zonas que con más frecuencia se lesionan en la ingestión
de álcalis, no obstante entre el 20-30% de estos enfermos también
presentan lesiones gástricas. Las soluciones de álcalis con
un pH > 12 ocasionan ulceraciones esofágicas, debiéndose
la mayoría de los casos de ulceraciones profundas que progresan
hacia la formación de estenosis a
Los álcalis en forma sólida se adhieren a las mucosas
al ponerse en contacto con las mismas. La lesión hística
en estos lugares continúa hasta que se diluye la sustancia química,
o bien se elimina con el vómito o se expulsa hacia abajo por el
tramo gastrointestinal. Los álcalis líquidos, en cambio provocan
lesiones hísticas concéntricas usualmente en todo el esófago;
también puede afectarse el estómago y el duodeno. La extensión
de la lesión gástrica depende de la cantidad y concentración
de la sustancia cáustica ingerida, así como de la presencia
o ausencia de alimentos en el estómago y de la duración del
contacto con la mucosa gástrica. Puede provocar perforación,
ulceración
El distres respiratorio puede presentarse como resultado de la tumefacción hística en la epiglotis, laringe, cuerdas vocales o tráquea. La complicación tardía más frecuente en la ingestión
de lejía es la formación de estenosis esofágicas que
pueden ser focales, múltiples o invadir totalmente el esófago.
6. 2. DIAGNOSTICO RADIOLOGICO. La exploración radiológica de urgencias deberá incluir R.X de tórax y abdomen para descartar signos de neumonitis, mediastinitis y perforación. El examen radiológico gastrointestinal alto usando bario o contrastes hidrosolubles es de escasa utilidad en el manejo inicial del paciente, dado que la profundidad y extensión de las quemaduras no puede ser determinado de forma exacta (22) y además presenta menor sensiblidad que la endoscopia en visualizar lesiones de la mucosa.( 23). El estudio de las lesiones por técnicas radiológicas de contraste tiene su utilidad para detectar complicaciones como fibrosis y estenosis en esófago y estómago, valorar el grado de curación y ante la sospecha de perforación. A los 21 dias del accidente se puede realizar la exploración radiográfica con contraste, este tránsito se adelantará en caso de aparición de salivación o regurgitación. El primer estudio radiológico nos marca la pauta de evolución y pronóstico de la lesión. Ante un tránsito con buen paso esofágico sin lesión residual no se realiza seguimiento, pero los familiares deben recibir información sobre los posibles signos de alarma, como regurgitaciones, disfagia, adelgazamiento, etc. La valoración de un esófago con mínima lesión radiológica residual como especulaciones, falta de elasticidad en los movimientos, etc, requiere repetir la exploración pasadas tres semanas o antes si apareciesen signos clínicos de estenosis. La exploración por medio TAC tóraco-abdominal en ocasiones puede resultar de utilidad al mostrar signos tales como dilatación esofágica a nivel torácico, signos de mediastinitis, signos de perforación de víscera hueca con aire libre en hipocondrio derecho y a nivel del espacio sub-hepático. 6. 3. DIAGNOSTICO POR ENDOSCOPIA. En el pasado la evaluación de las lesiones cáusticas por
endoscopia era desalentador debido a la alta tasa de perforación
con el uso de endoscopios rígidos. De acuerdo con la mayoría
de los autores creemos que en los casos en que se sospeche la ingestión
de agentes corrosivos, se debe realizar una endoscopia con tubo flexible
de fibra óptica en las primeras 6-24 horas, pudiéndose demorar
hasta 48 horas y debiendo ser evitada en la fase aguda entre los dias 5-15
(23). Realizada de forma muy precoz, puede
conllevar la
La profundidad de la lesión hística se juzga por el aspecto visual que ofrece la superficie luminal de la víscera examinada. La gravedad de las lesiones producidas por la ingestión de cáusticos puede clasificarse de un modo similar al empleado para describir las quemaduras térmicas de la piel de tal forma que los hallazgos endoscópicos se clasifican de la siguiente manera: Grado 1: ligero edema e hiperemia de la mucosa detectable por pérdida
del
La endoscopia precoz evita demoras en el tratamiento y obvia éste en los pacientes sin lesiones (24, 25). De igual modo, la endoscopia es recomendada para establecer o confirmar un pronóstico o para identificar complicaciones respiratorias agudas tras una ingesta sintomática de lejía en niños con síntomas respiratorios y en los raros casos de ingesta con detergentes para lavadoras automáticas que causen sintomas (26). Dicha actitud permite un diagnóstico exacto de forma precoz. En pacientes causticados con lejía comercial sin sintomatología
y sin lesiones
Podemos concluir, afirmando que la endoscopia en manos experimentadas es el método de elección para el diagnóstico, dado que el daño de la mucosa puede ocurrir con mínimos síntomas y sin hallazgos físicos o radiológicos, ayuda a plantear el tratamiento y evaluar el pronóstico. Debe ser evitada en la fase subaguda (5-15 dias tras la ingestión del cáustico) dado que hay un aumento en la incidencia de perforación por desprendimiento de las costras cicatricial (19) y no ocurren complicaciones relacionadas con la endoscopia realizada en las primeras horas de la ingesta de cáusticos, o entre la tercera y décima semana para la valorar el grado de curación de las lesiones del tracto gastro-intestinal alto (19). |
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