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Capítulo 11. 2. Traumatismo craneoencefálico
3. FISIOPATOLOGÍA |
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El impacto mecánico sobre las estructuras encefálicas provoca la lesión del tejido nervioso mediante dos mecanismos básicos, complejos y estrechamente interrelacionados, que describimos de forma sumaria. Es responsable de todas las lesiones nerviosas y vasculares que aparecen
inmediatamente después de la agresión mecánica.
El modelo de impacto puede ser de dos tipos: estático, cuyo
ejemplo más característico podría ser la clásica
pedrada, o dinámico , cuyo paradigma es el accidente de tráfico.
En el modelo de impacto estático. la importancia viene dada por
la magnitud de la energía cinética aplicada por el agente
externo al cráneo o bien de éste mismo cuando colisiona con
otra estructura. Siendo la energía cinética proporcional
a la masa y al cuadrado de la velocidad, serán estos últimos
los determinantes de la intensidad de las lesiones resultantes. En general
este tipo de impacto es responsable de fracturas de cráneo y hematomas
extradurales y subdurales.
En el modelo dinámico, además de la energía absorbida por el cuero cabelludo y el cráneo, que sufre deformación y/o fracturas, el impacto origina dos efectos mecánicos sobre el cerebro: 1) movimiento de traslación que causa el desplazamiento de la masa encefálica respecto al cráneo y otras estructuras endocraneales como la duramadre e induce, además, cambios en la PIC y 2) un movimiento de rotación, en el que el cerebro se retarda con relación al cráneo, creándose fuerzas de inercia sobre las conexiones del cerebro con el cráneo y la duramadre (venas de anclaje) y sobre el propio tejido cerebral. Las lesiones anatómicas que resultan de este tipo de impacto son la degeneración axonal difusa, paradigma y sustrato fundamental del coma postraumático, las contusiones, laceraciones y hematomas intracerebrales [4]. Genéricamente se entiende por tal las lesiones cerebrales provocadas por una serie de insultos, sistémicos o intracraneales (tabla 1), que aparecen en los minutos, horas e, incluso primeros días postraumatismo. Dado que la lesión primaria carece, en la actualidad, de tratamiento específico, la reducción de la mortalidad y secuelas del TCE, constatado en los últimos años, obedece al mejor control y prevención de la lesión secundaria [5]. En el apartado de mecanismos sistémicos, la hipotensión
arterial es la etiología más frecuente y de mayor repercusión
en el pronóstico del TCE Se ha podido demostrar que la hipotensión
arterial , aun por breves periodos de tiempo, afecta negativamente al resultado,
pasando la mortalidad del 27% al 50% en los TCE que mostraron hipotensión
arterial [6]. Se piensa que estando la
autorregulación cerebral comprometida y el acoplamiento flujo
sanguíneo cerebral / consumo de O2 cerebral alterado en la
fase aguda del TCE, el mecanismo nocivo de la hipotensión
arterial debe guardar relación con el descenso consiguiente
de la presión de perfusión cerebral (PPC) y la génesis
de isquemia cerebral global [5]. PPC=Presión
arterial media-PIC.
Entre las causas de origen intracraneal de lesión secundaria, la hipertensión endocraneal es la más frecuente y la que más afecta de forma adversa el pronóstico del TCE. Se ha demostrado una estrecha relación entre valores más elevados de PIC y resultados vitales y funcionales, así como entre duración de la HEC y evolución final del TCE [5, 9]. Independientemente del mecanismo que la ocasione, la HEC ejerce su efecto nocivo creando conos de presión que resultan en herniación cerebral, en caso de no revertirse tal situación, y provocando isquemia cerebral global por descenso de la PPC. De hecho, la HEC sostenida, sin evidencia de herniación cerebral, es responsable de lesiones anatómicas isquémicas en la región del hipocampo, área límbica, amígdalas cerebelosas y región calcarina. Por otra parte, los conos de presión que generan enclavamiento cerebral pueden comprimir las arterias cerebrales creando o potenciando la isquemia cerebral. La isquemia, bien por aumento de la PIC y/o por descenso de la presión arterial media, se considera en la actualidad la lesión secundaria de origen intracraneal más grave , lo que ha llevado a autores como Rosner et al [10] a un replanteamiento de los objetivos terapéuticos, poniéndose más el acento en conseguir PPC >70 mmHg que en conseguir a toda costa controlar la PIC. La incidencia y significado clínico real del vasoespasmo cerebral
(VC), causado por la hemorragia subaracnoidea traumática (HST),
era desconocido hasta fechas relativamente recientes, dada la enorme invasividad
de su constatación mediante la panangiografia cerebral. La
disponibilidad de un método no cruento, fiable como el Doppler Transcraneal
junto a diversos estudios clínicos dirigidos a conocer el impacto
de la hemorragia subaracnoidea traumática y el vasoespasmo cerebral
sobre el resultado final, han puesto de relieve varios hechos: 1)
La incidencia de la HST es elevada (12% al 53%), así como
del VC (alrededor del 25%); 2) Se evidencia el VC, generalmente, a partir
de las 48 horas postrauma, alcanzando su máxima intensidad al séptimo
día; 3) El VC guarda relación, aunque no tan estrecha,
con la cantidad de sangre visible en la TAC; 4) La asociación del
VC con PPC inferior a 70 mmHg puede provocar infarto cerebral; 5) Algunos
estudios han demostrado un mejor pronóstico de la HST cuando se
empleó la nimodipina [11, 12,
13].
Aunque la causa principal por la que el edema origina alteraciones neurológicas es la HEC, en el cerebro traumático el edema lesiona al cerebro por otros mecanismos que no tienen relación alguna con la génesis de HEC. En concreto, en el edema vasogénico la permeabilidad alterada de la BHE permite el paso de ciertos metabolitos que propician lesiones de las membranas celulares y crean un círculo vicioso, dada la alta capacidad edematógena de estas sustancias. Por otra parte, el edema cerebral separa los capilares de las células cerebrales, perturbando el aporte de oxígeno y nutrientes a las células encefálicas [17]. La disección carotídea, cuya incidencia como causa de mecanismo lesional secundario no está bien establecida, es una complicación que debe temerse, sobre todo, cuando el TCE está acompañado de lesiones en la región cervical. Ya sea debido a efectos hemodinámicos, ya a la generación de fenómenos embólicos, que algunos autores han estimado en cifras próximas al 60% [18], la disección carotídea es responsable de la aparición de infartos cerebrales, no relacionados con contusiones en el TCE. En general, independientemente, del origen intracraneal o sistémico, los mecanismos lesiónales secundarios operan en un entorno que se ha hecho más vulnerable a la agresión. A pesar de que no se conozca con exactitud la causa última de las alteraciones vasculares y celulares que tornan al encéfalo más lábil ante injurias secundarias, existe cada vez mayor acuerdo sobre una vía común que explique el daño cerebral retardado. Esta vía comprende una serie de procesos neuroquímicos complejos, que en el modelo traumático parece estar desencadenado por una liberación masiva, no controlada de aminoácidos excitatorios, tipo aspartato y glutamato, inducida por la despolarización neuronal que sigue al impacto. La liberación presináptica de estos neurotransmisores estimula receptores postsinápticos tipo NMDA y AMPA, que permiten el acumulo intracelular de Ca++, Na+ , Cl - y agua, siendo la muerte precoz, probablemente, producto tanto del impacto primario como de la severa hinchazón y lisis de las membranas celulares por cambios osmóticos bruscos [19]. La entrada celular masiva de calcio se considera la causa fundamental
de muerte neuronal relacionada con la lesión secundaria. El
aumento del Ca++ intracelular produce la activación de diferentes
enzimas como fosfolipasas, proteasas, lipo y ciclooxigenasas que provocan
la liberación de ácidos grasos desde las membranas celulares
y la activación de la cascada del ácido araquidónico
con la generación de tromboxano, prostaglandina PG2, leucotrienos
y prostaciclina, responsables últimos de fallo en la síntesis
proteica, generación de radicales libres de oxígeno, disrupción
de membranas y muerte celular neurotóxica [20].
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