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Capítulo 11. 5. Traumatismo pélvico,
renal y genitourinario
4. TRAUMATISMO DEL URETER |
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4.1. ETIOLOGIA La rotura ureteral es poco frecuente y generalmente causada por enfermedades urológicas (cálculos, tumores, radioterapia, etc.), o de origen yatrogénica como consecuencia de accidentes quirúrgicos (cirugía ginecológica, urológica, digestiva, etc.). Los traumatismos rara vez lesionan el uréter y en estos casos suelen ser penetrantes. En la tabla-3 se indica la clasificación OIS de la AAST para los traumatismos del uréter 34 , 48. Las lesiones ureterales son poco llamativas y pasan desapercibidas fácilmente, hasta que se diagnostican por sus complicaciones: urinoma o hidronefrosis. Podemos sospecharla cuando en un paciente aparece, generalmente en el postoperatorio o en patología relacionada con el uréter,: fiebre inexplicable, ausencia de peristaltismo, escape de orina por la herida, hematuria. La técnica diagnóstica más útil es la PIV, que muestra como signo de trauma ureteral: extravasación de contraste en el lugar de la lesión u obstrucción proximal. En ocasiones puede ser necesario practicar una ureterografia retrograda, junto a la PIV, para localizar y determinar la extensión de la lesión 49 . En los pacientes con traumatismo penetrante el diagnóstico suele ser intraoperatorio, en estos casos la inyección de índigo carmín o el azul de metileno puede ayudar a la exploración y localización del punto de rotura. Está determinado por el tipo y magnitud del daño ureteral, localización (superior, medio o inferior), momento del diagnóstico (inmediato o diferido), así como por las posibles lesiones asociadas. Las diferentes opciones quirúrgicas incluyen, entre otras: canalización
ureteral con catéter doble J, sutura ureteral directa (ureteroureterostomia),
ureteroneocistotomia (reimplante vesical con técnica antirreflujo,
en roturas del uréter pelviano), trasureteroureterostomia, sustitución
por segmento de intestino, autotrasplante renal.
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