Capítulo 11. 6. Traumatismos raquimedulares

4. BIOMECANICA


Las fuerzas o cargas que actúan sobre el raquis pueden producir lesión por diferentes mecanismos, habitualmente una combinación de ellos: flexión, extensión, compresión, tensión, rotación y deslizamiento, así como lesiones por aceleración y desaceleración súbitas y rápidas, provocadas por impactos que transmiten su inercia a la columna, particularmente en la región cervical. La complejidad de la columna vertebral hace difícil su sistematización. Diferenciaremos la columna cervical del resto dadas sus peculiaridades biomecánicas. 

Es preciso recordar que puede existir daño medular sin patología osteoligamentosa y/o discal, y al contrario. No obstante, la trascendencia del problema neurológico nos obliga a referirnos predominantemente a la lesión medular.

Los traumatismos axiales sobre el vértex craneal pueden producir fracturas de los arcos del atlas, lo que frecuentemente ocurre en los canales (agujeros transversos) para las arterias vertebrales. Este tipo de fracturas tiende a ensanchar el canal medular y pueden no originar daño neurológico. En ocasiones la fuerza puede transmitirse hacia la médula sin lesión craneal ni vertebral, y provocar microhemorragias en la médula alta (C2), originando parálisis respiratoria 8. También puede producirse fractura de odontoides, sobre todo cuando se combinan mecanismos de flexión y rotación de la cabeza que pueden determinar además, rotura del ligamento transverso y otros ligamentos de sostén, originando luxación atloaxoidea con posibilidad de compresión medular alta e incluso bulbar baja.

La fractura-luxación C2-C3 ("fractura del ahorcado") por tracción e hiperextensión, origina fractura de los pedículos del axis con desplazamiento anterior de éste, lesión de las arterias vertebrales y compresión medular. También ocurre en accidentes viales cuando la cara o la barbilla chocan contra el volante o el tablero, pero en estos casos, al permanecer el cuerpo apoyado durante el impacto, hay menos tracción y se origina menos daño neurológico y vascular.

Las lesiones medulares entre C5 y C7 son las cervicales más comunes, y el mecanismo principalmente implicado es la hiperextensión. Los pacientes con enfermedad degenerativa previa son más susceptibles a la misma, aún con extensión moderada8. En cualquier caso, este es el mecanismo más frecuente de LMT con estudio radiológico simple normal.

Las lesiones por hiperflexión pura se relacionan con dolor cervical crónico y contractura muscular, siendo raras las lesiones radiculares y medulares. Sin embargo, cuando se asocia un componente de rotación pueden producirse roturas ligamentosas y capsulares que determinan luxaciones uni o bilaterales de las articulaciones interapofisarias y lesión predominantemente radicular o medular respectivamente. Cuando la fuerza asociada es la compresión, se afectan los cuerpos vertebrales produciéndose fracturas por aplastamiento con posibilidad de compresión medular por desplazamiento hacia el canal de la porción posterior de los mismos. Las fuerzas laterales en la columna cervical causan fracturas apofisarias, del cuerpo vertebral y afectación de articulaciones interapofisarias, y suelen producir lesiones radiculares y de la arteria vertebral, pero el daño medular es inusual. Las luxaciones por impacto directo con fuerzas perpendiculares al eje longitudinal son posibles pero no frecuentes.

En cuanto al resto del raquis, hay que tener en cuenta que la zona alta de la columna dorsal está reforzada y fijada por la jaula torácica y por lo tanto, está dotada de menor movilidad. Sin embargo, la charnela dorsolumbar (T10-L2) es mucho más móvil, lo que determina la mayor frecuencia de lesiones a este nivel. Las lesiones que se producen pueden ser:
- Fracturas "en cuña" (aplastamiento anterior), estables por si mismas, pero pueden asociarse a fracturas de pedículos en lesiones por hiperflexión con desplazamiento posterior y LMT.
- Fracturas por estallido: suelen deberse a fuerzas axiales, pudiendo un fragmento lesionar la médula.
- Fracturas-luxaciones: Se producen cuando a las anteriores se añaden fuerzas de torsión.
- Las fracturas de apófisis transversas lumbares son relativamente frecuentes, pudiendo asociarse a hematoma retroperitoneal y lesiones viscerales.
- En líneas generales, las fracturas de otras partes de las vértebras lumbares bajas son menos frecuentes.