Capítulo 11. 9. Politraumatismos en el paciente geriátrico

4. TRAUMATISMO TORÁCICO


Los traumatismos torácicos pueden producir graves complicaciones en el anciano mientras que en el paciente joven pueden ser relativamente benignos. 

El anciano tiene un tórax menos elástico y más susceptible al daño, pudiendo pasar desapercibidas las lesiones en la evaluación inicial con facilidad. El pulmón es más vulnerable a la contusión pulmonar con fácil producción de edema intersticial que se puede ver desbordado por la reposición de líquidos vía endovenosa, por lo que debemos efectuar esta con una monitorización hemodinámica cuidadosa.

La capacidad vital, el calibre de vías aéreas pequeñas, la superficie alveolar, la reserva pulmonar y la capacidad de respuesta están disminuidas con la edad.

El paciente con enfermedad pulmonar crónica o con insuficiencia cardiaca se puede descompensar ante traumatismos pequeños, como puede ser la fractura de un arco costal.

Es obligatoria la práctica de radiografía simple de tórax.

La gasometría arterial y la pulsioximetría son técnicas muy útiles para la correcta valoración de estos enfermos.

Por otra parte debemos ingresar en el hospital a estos enfermos ante cualquier indicio de gravedad o complicación.

4.1. TÓRAX INESTABLE

En los mayores de 65 años con tórax inestable de grado leve a moderado, la asistencia ventilatoria está indicada habitualmente mientras pacientes jóvenes pueden ser tratados sin ventilación asistida. Lógicamente, el apoyo ventilatorio prolongado se asocia con un aumento de la mortalidad.

Los ancianos que requieren asistencia ventilatoria y sobreviven suelen recuperar su nivel funcional previo, por lo que con buenos cuidados respiratorios se pueden obtener magníficos éxitos terapéuticos.

4.2. CORAZÓN Y GRANDES VASOS

En el anciano el flujo coronario es menor, con frecuencia hay alteraciones en el sistema de conducción y el corazón envejecido es más sensible a la hipoxia y acidosis y menos elástico estructuralmente.

La contusión miocárdica es el traumatismo más frecuente del corazón y para diagnosticarlo es útil el electrocardiograma y las determinacion de creatinquinasa específica.

La desaceleración a gran velocidad puede lesionar los vasos torácicos, menos distensibles en el anciano. El desgarro de una placa de ateroma puede producir una disección aórtica. Una rotura aórtica puede mantener una perfusión que haga sobrevivir al paciente hasta que acude al servicio de urgencias y el daño solo es reparable si se diagnostica de inmediato, por lo que se debe considerar la TAC o la angiografía en la evaluación inicial de estas lesiones.