Póster |
Tudela Pallares, J.; *Evole Buselli, M.; **Jarque Ramos, I.; Hernández Martí, M.
Existía un denso infiltrado localizado exclusivamente en el tejido celular subcutáneo, con un patrón mixto, septal y lobulillar. La epidermis y dermis no presentaban alteraciones (Fig. 1). El infiltrado estaba constituido por células linfoides e histiocitos. Los linfocitos eran de mediano a gran tamaño. Los núcleos eran en su mayor parte irregulares, hipercromáticos, y con pequeño nucleolo; otros, sin embargo, eran grandes, vesiculosos, con nucleolo prominente (Fig. 3). Estos linfocitos tenían un fenotipo T (CD3, UHCL-1, positivos) (Fig. 5). Existían numerosos fenómenos de cariorrexis y citofagia por parte de los histiocitos (Fig. 4) así como focos de necrosis grasa y formación de granulomas (Fig. 2). La biopsia de médula ósea mostraba una infiltración difusa por células pequeñas linfoides T. No se observó hemofagocitosis ni en la biopsia cutánea ni en la de médula ósea. Con técnicas inmunohistoquimicas y de PCR se descartó la presencia del virus de Epstein-Barr.