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Capítulo 9.3. Síndromes Hipertérmicos | |
2. REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA
La temperatura con que la sangre llega al hipotálamo será el principal determinante de la respuesta corporal a los cambios climáticos. El hipotálamo tiene un doble sistema de regulación de la temperatura. Así, la porción anterior o rostral, compuesta por centros parasimpáticos, es la encargada de disipar el calor, mientras que en la posterior con centros simpáticos, conserva y mantiene la temperatura corporal. Cuando se origina un daño en la región posterior en animales de experimentación, la respuesta que se obtiene es: hipotermia prolongada e incapacidad para reaccionar al frío. Parece ser, también, que la poikilotermia relativa es el resultado de lesiones en la porción posterior del hipotálamo. Lesiones localizadas en la región anterior o rostral incapacitan al animal de experimentación para perder calor. Como ya mencionamos, el principal determinante de la respuesta corporal a los cambios climáticos, es la temperatura con que la sangre alcanza a las regiones del hipotálamo antes mencionadas. Cuando las neuronas del centro hipotalámico anterior o rostral (sensibles al calor) se excitan, se ponen en marcha una serie de mecanismos encaminados a producir termolisis, inhibiéndose el centro hipotalámico posterior (conservador de la temperatura), lo que origina una inoperancia de todos los mecanismos termogénicos, disminuyendo el metabolismo, el tono muscular también y de forma progresiva la producción de hormona tiroidea. La inhibición de los centros simpáticos hipotalámicos conduce a una vasodilatación tal, que puede aumentar hasta ocho veces el índice de transferencia de calor a la piel. Todo ello conduce a una disminución de la temperatura. La estimulación del centro anterior per se disminuye la temperatura mediante la activación de la producción de sudor y el jadeo (tabla 2). Las glándulas sudoríparas están bajo el control del sistema nervioso simpático, e influidas por estímulos colinérgicos . Son las células de la región posterior (conservadora de calor) las que predeterminan la temperatura de 37º. El mantenimiento de la temperatura y las reacciones necesarias para conservarla se realiza a través de impulsos que llegan de la periferia (receptores térmicos) y de la temperatura con que la sangre llega al hipotálamo, siendo estos impulsos conducidos hacia la región posterior hipotalámica. La zona anterior, respondería a estos estímulos con la puesta en marcha de mecanismos que conducirían a una perdida de calor (sudoración y jadeo). La vía principal de los impulsos que implican a ambos mecanismos (producción y pérdida de calor) llega al hipotálamo lateral, de ahí a la porción media cerebral, tegumento pontino, formación reticular, médula y desde las fibras simpáticas a los vasos cutáneos, glándulas sudoríparas y fibras motoras musculares. La respuesta hormonal a los cambios de temperatura es mediada por el sistema hipotálamo-hipofisario. En situaciones de hipotermia se produciría liberación de TSH, ACTH, y consecuentemente de hormonas tiroideas y corticoides. La liberación de aldosterona en la hipertermia sería independiente de la producción de ACTH Otros neurotrasmisores implicados en el termorregulación: También los neuropéptidos pueden jugar un importante papel como neurotrasmisores en la termorregulación. En animales de experimentación se ha visto que un número de neuropép tidos está implicado en el control de la temperatura corporal: la neurotensina produce hipotermia cuando se inyecta en el cerebro; el TRH es hipotérmico en conejos y ratas, pero la respuesta varía si la inyección es intraventricular; la naloxona no parece tener un efecto importante sobre la temperatura corporal; la somatostatina que no altera la temperatura basal, potencia la hipotermia inducida por barbitúricos e inhibe los efectos hipotérmicos de la dopamina, apomorfina y beta-endorfina. Todos estos péptidos han demostrado efectos sobre la termorregulación; sin embargo, su papel sobre el mantenimiento de la temperatura corporal y las variaciones diurnas de la fiebre está en espera de aclararse1. Los animales superiores, homeotermos, tienden a mantener constante su temperatura corporal, esta constante, no es una cifra exacta, existiendo un rítmo circadiano con pico de temperatura entre las 18 y 22 horas del día, siendo mínima entre las 2 y las 4 de la madrugada, hay también diferencias entre distintos puntos del cuerpo y en algunos estados fisiológicos, es sabido por todos que Ogino estudió los cambios fisiológicos debidos a alteraciones hormonales en la mujer, relacionándolos con la temperatura. Los animales homeotermos son capaces de adaptarse a las distintas temperaturas
existentes a lo largo del año, y en las distintas zonas de nuestro
planeta, lo que hacen mediante el proceso de aclimatación:
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2.1. ACLIMATACION
Es el mecanismo por el cual el organismo es capaz de adaptarse a las distintas temperaturas por medio de repetidas exposiciones3. Estas exposiciones durante 4-7 días al calor o al ejercicio, originan unas modificaciones en los mecanismos nerviosos, sensitivos, hormonales y cardiovasculares , que permiten una mejor tolerancia al calor. La aclimatación al calor empieza con la primera exposición, progresando rápidamente y encontrándose bastante avanzada el tercer o cuarto día. Durante las primeras exposiciones es frecuente que aparezca una gran congestión en cabeza y cara; la temperatura rectal y la frecuencia cardíaca están elevadas, la pérdida sudoral es baja y existen molestias y dolor generalizado. En los días siguientes disminuye el malestar, desciende la temperatura rectal y la frecuencia cardíaca, aumentando la sudoración. El sistema respiratorio queda relativamente protegido, ya que la temperatura del aire caliente inhalado baja rápidamente en las vías aéreas superiores (de 100º a la entrada de la nariz, llega a 40º a la rinofaringe) La aldosterona, hormona muy implicada en el mecanismo de aclimatación, ejerce una función similar sobre las glándulas sudoríparas que sobre los túbulos renales, aumentando la absorción activa de Na . El Na que se absorbe, se acompaña de ión cloruro . La importancia de este efecto de la aldosterona, es disminuir al mínimo la pérdida de ClNa por el sudor, cuando la concentración de esta sal es baja en la sangre. La pérdida extrema de sudor, lo que ocurre en ambientes continuamente calientes, puede agotar los electrolitos del líquido extracelular, pudiendo llegar a perderse hasta 20 gr de Na/día. Gracias a la acción de la aldosterona, tras un periodo de aclimatación la pérdida se reduce a solo 3-5 gr/día. La aclimatación del hombre al calor se consigue con más perfección si se realiza un trabajo ligero que, progresivamente se irá aumentando. La sudoración en la persona aclimatada aparece más precozmente que en la no aclimatada. Tras la aclimatación, hay menos molestias subjetivas a la exposición del calor. El incremento de la frecuencia cardíaca es menor, las respiraciones son moderadas, existe mayor estabilidad cardiovascular, la producción de sudor empieza tras una exposición más breve al calor y disminuye la concentración de Na en sudor (que será de 5 mEq/l) y en orina. La aclimatación completa ocurre entre los 4-7 días y se
mantiene durante semanas aunque cese la exposición al calor 4.
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