Capítulo 11. 6. Traumatismos raquimedulares

2. ETIOLOGIA Y EPIDEMIOLOGíA


Existen amplias diferencias entre los diversos estudios epidemiológicos realizados sobre la incidencia de TRM y lesión medular traumática (LMT) en España, debido fundamentalmente a dificultades en la obtención de datos por la heterogeneidad de la asistencia médica urgente en nuestro país y por la ausencia de registros centralizados de pacientes con esta patología.
En un trabajo llevado a cabo durante los años 1984 y 1985 se encontró una incidencia de 10 casos por millón de habitantes y año 4, aunque datos más recientes indican que la cifra puede ser mayor, entre 20 y 30, lo que supondría aproximadamente entre 700 y 1000 nuevos pacientes con LMT al año 1, 5.

En Estados Unidos se producen 10000-12000 LMT anuales, con una mortalidad del 30% antes de la admisión hospitalaria, y del 10% en el primer año, que puede ascender hasta el 40% en tetrapléjicos 5, 6, 7.

La LMT es claramente más frecuente en varones jóvenes, entre 25 y 35 años, siendo la causa más frecuente los accidentes de tráfico a altas velocidades, seguidos por los laborales y deportivos, con especial mención a los accidentes por inmersión, cuya incidencia aumenta espectacularmente en determinadas zonas vacacionales durante los meses de verano. En personas mayores de 50 años hay mayor porcentaje de LMT sin lesión ósea, predominando en ellos los accidentes domésticos (caídas), en los que la incidencia de mujeres es mayor, las cuales también están más frecuentemente implicadas en accidentes por precipitación voluntaria. En nuestro país las lesiones por arma blanca y las producidas por armas de fuego son infrecuentes y habitualmente provocan grandes destrozos vertebrales con LMT completa. 

Los accidentes de tráfico son aproximadamente la causa del 50% de las LMT. Merece la pena detenerse en este aspecto, ya que este tipo de accidente se asocia significativamente con una alta incidencia de lesiones completas con tetraplejía y de traumatismos múltiples asociados, y por lo tanto con alta morbilidad y mortalidad 1, 2, 6, 8. Los principales elementos determinantes son:

- Velocidad en el momento del impacto.
- Uso de sistemas de seguridad (principalmente casco y cinturón de seguridad).
- Consumo de alcohol y drogas.
- Calidad de la asistencia urgente.

Como estamos viendo, el orden exacto de las causas de TRM puede variar en función de diferentes factores, aunque los accidentes viales siempre ocupan el primer lugar (tabla I).

La zona de la columna vertebral más frecuentemente afectada es la región cervical baja (C5-C7) seguida en segundo lugar por la charnela toracolumbar (D10-L2) existiendo en ellas mayor frecuencia de lesiones completas 2, 8

Aproximadamente, el 50% de las LMT derivan en tetraplejía 1, 2.

La mayor parte de los pacientes padecerán una o más de las muchas complicaciones posibles (aparte del déficit neurológico establecido), por lo que podemos decir que la morbilidad es superior al 100% 5, 7. Entre los supervivientes, menos del 30% consiguen ser independientes, el 70% restante necesitará aparatos o silla de ruedas, el 22% dependerá de una segunda persona, y cerca del 80% tiene algún grado de disfunción vesical 4.

Existen diferentes predictores iniciales de supervivencia en pacientes con LMT. La mayor parte de los autores parecen estar de acuerdo en que los más jóvenes y con mejor nivel de conciencia al ingreso tienen mayor supervivencia. Sin embargo, existen controversias entre la capacidad predictiva del nivel medular afectado por una parte, y de la asistencia respiratoria por otro. Parece claro que el mayor peso recae sobre la segunda, aunque la necesidad de respiración asistida esta íntimamente ligada al nivel lesional. Este hecho incide directamente sobre la calidad de la atención inicial del politraumatizado, como factor determinante de mortalidad 7, 9.

El coste social, familiar, personal, económico y laboral que generan las LMT es enorme. Todo ello justifica un enfoque multidisciplinario en el manejo global de estos pacientes, comenzando con medidas preventivas en todos los niveles, continuando con una adecuada asistencia extra e intrahospitalaria, para posteriormente iniciar un largo proceso de rehabilitación y reintegración social de las víctimas de LMT, sin olvidar el tratamiento y seguimiento de las complicaciones que pueden aparecer, como problemas urológicos, respiratorios, úlceras por presión...