Capítulo 11. 7. El enfermo polifracturado

2. ATENCIÓN PREHOSPITALARIA

2. 1. ATENCIÓN A LOS ACCIDENTADOS

Conocimiento del accidente : 

Hoy en día los medios técnicos puesto a nuestro alcance, y la creación de Servicios específicos para la asistencia de los accidentados, fundamentalmente en accidentes de tráfico o en casos de grandes catástrofes naturales, permiten una asistencia casi inmediata o en un muy breve lapsus de tiempo de estos pacientes.

Independientemente de la existencia de teléfonos para estos fines, en carreteras y autopistas, cualquier persona que presencie un accidente, a través de un teléfono móvil, cuyo uso está muy extendido, puede dar aviso inmediato a las autoridades o incluso directamente a los Servicios creados al efecto (061).

Es deseable que la Unidad, bien ambulancia especialmente equipada o Helicóptero sanitario, en su caso, puedan recibir una información lo mas completa posible del accidente, localización, número estimado de personas afectadas, número de vehículos comprometidos y tipo de éstos ( coches, autobuses de pasajeros, transportes, etc.) así como si los accidentados están en la carretera o fuera de ella, que requeriría medios especiales , etc.

2. 2. MEDIDAS GENERALES A LA LLEGADA DE LAS ASISTENCIAS

Una vez en el lugar del siniestro, si la unidad médica ha sido la primera en llegar , deberá contemplar unas medidas generales, que garanticen su asistencia, que permita que sta sea efectiva y no se agrave la situación de los accidentados, y que recaerán inmediatamente en la autoridad civil que se persone en el lugar .

Estas medidas podíamos resumirlas en las siguientes :

Prevenir posibles secuelas del accidente, como caída de cables eléctricos, derrame de combustible, fuego de los motores, señalización de los vehículos en prevención de nuevos accidentes, despeje de la zona de los heridos de curiosos o personas afines a los accidentados, pero sin preparación, que entorpezcan las labores de auxilio, localización de heridos atrapados en los coches accidentados y precisar si es necesario una ayuda de personal especializado para su extracción, dando aviso inmediato, etc.

A partir de ese momento o si las medidas citadas han sido tomadas ya, la atención de los accidentados pasa por los siguientes puntos específicos .

2. 3. MEDIDAS ESPECÍFICAS SOBRE LOS ACCIDENTADOS

Queremos enumerar las actuaciones que necesaria y protocolariamente hay que seguir, y que son motivo de estudios más detallados en otros capítulos del presente libro, para centrarnos a continuación en las actuaciones relativas a las lesiones de los miembros.

Como primera premisa "No abandonar nunca a un herido reciente, por la razón de creerle muerto ".

Inmediatamente que establezcamos contacto con el accidentado, realizaremos un rápido reconocimiento que nos informe de :

  1. Si está o no consciente .
  2. Si existe o no respiración espontanea .
  3. Si existen o no heridas y hemorragias externas .
  4. Si existen o no grandes deformidades en miembros que nos indiquen la presencia de una o varias fracturas .
  5. Si existe integridad anatómica o hay pérdida de algún miembro o parte de él.
A partir de este momento la prioridad de nuestra actuación vendrá marcada por la situación y gravedad de lo que encontremos (Triage) (4) : Vías respiratorias, reposición de fluidos, contención de hemorragias y a ser posible reducción e inmovilización de la fracturas o luxaciones que encontremos.

Respecto a esto último, motivo especifico de nuestro capitulo, debemos realizar lo siguiente :

Inmovilización de la columna cervical, mediante collarín al efecto, y extracción del herido siempre con la columna recta y en tracción, como se describe en el capítulo correspondiente .

En el caso de deformidades evidentes de los miembros, y en presencia de una o varias fracturas (interrupción traumática de la integridad ósea) sin solución de continuidad en la piel (fractura cerrada), pero por ello muchas veces no menos grave, percibiremos una movilidad anormal del miembro, y una evidente crepitación e inmediatamente, si es en un miembro inferior lo colocamos, en una férula, presente en la dotación del vehículo de asistencia, siempre traccionando desde la parte distal (pierna si la fractura es de cadera o de fémur) o antepié (si es de tibia o de tobillo) con lo cual reducimos provisionalmente e inmovilizamos para su traslado.

En caso de fracturas abiertas (fractura con solución de continuidad en la piel, con o sin presencia de hueso en el exterior), en el miembro inferior debemos comprobar el pulso distal en la arteria pedia (se palpa en el dorso del pie junto al relieve del tendón extensor del primer dedo), taponar la herida con gasa estéril y solución antiséptica, y traccionando, proceder como en el caso anterior.

En el miembro superior, debemos antes de coger una vía para la reposición de fluidos (5), cerciorarnos mediante una breve exploración, que no existen indicios de fracturas en húmero, antebrazo o mano , así como de clavícula. En caso de que existan optaremos por situar el catéter en otro de los lugares de elección (se describen en el capitulo correspondiente) .

Ante la presencia de fracturas o luxaciones del miembro superior, intentaremos la correspondiente reducción, siempre traccionando distalmente a la lesión, como queda dicho e inmovilizaremos con el brazo pegado al cuerpo, en la clásica postura de Dessault, mediante un vendaje tipo Velpeau , presente también en el arsenal del vehículo de asistencias. En el caso de fracturas abiertas, debemos comprobar el pulso distal en la arteria radial (1/3 inferior del antebrazo sobre el propio radio) y proceder al vendaje e inmovilización. 

Procediendo de esta manera, y una vez instauradas el resto de las medidas recuperadoras, tendremos al paciente listo para ser transportado sin graves riesgos a un centro hospitalario especializado.

En caso de amputación de un miembro o parte de él, es muy posible que ante un sangrado abundante e incoercible, tengamos que recurrir a la colocación de un torniquete en el muñón de amputación , anotando en la hoja de control la hora de colocación o incluso colocando una etiqueta al paciente en lugar visible, con el objeto de aflojarlo cada media hora unos segundos y recolocar. Lo ideal es hacerlo con un manguito neumático pero en caso de extrema urgencia se puede realizar con una venda, correa, etc.

El miembro amputado puede ser introducido en una bolsa de plástico, a ser posible estéril y transportado en nevera ser conducido al Hospital con el paciente, donde un equipo de cirujanos con ayuda de la microcirugía, puede en muchos casos reimplantar con éxito ese miembro.

2. 4. TRASLADO DE LOS PACIENTES

Una vez remontadas y estabilizadas las constantes vitales del accidentado e inmovilizadas correctamente las fracturas de los miembros procederemos a su traslado por el medio más seguro y rápido de que dispongamos y que a la vez nos garantice la asistencia continua y profesional hasta su recepción en el Hospital escogido.

Pueden hacerse por medio de las Ambulancias especializadas, o por los helicópteros sanitarios que escogeremos en virtud de las posibilidades de que dispongamos.

Es sumamente importante la conexión entre el personal especializado responsable del tratamiento en el lugar del accidente, y el responsable de la Unidad que lo va a recibir en el Centro receptor, a efectos de conocer cuántos accidentados le llegan, en qué estado, con qué tipo de lesiones y cuál ha sido el tratamiento previo recibido, independientemente de que todo figure en la oportuna Historia y hoja de tratamiento .

Debemos también conocer perfectamente las disponibilidades del Hospital, pues si tenemos un paciente con grave traumatismo de cráneo, además de distintas fracturas, no debemos detenernos en un Hospital que no disponga de los servicios adecuados, y es más rápido ir directamente, aunque se encuentre más retirado, a uno de tercer nivel (6, 7) .

Debemos recordar por último que el POLIFRACTURADO ( aquel que tiene 2 o más fracturas, que no suponen un riesgo vital inmediato) deberá ser en muchos casos intervenido quirúrgicamente en las primeras horas de su estancia en el Hospital, para no agravar su estado, no multiplicar las posibles complicaciones, obtener mejores resultados funcionales, y poder reincorporarse a una vida activa en las mejores condiciones ; y nada de ello sería posible, en muchos casos, sin una asistencia eficaz en los primeros momentos.