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6.1. BLOQUEOS MOTORES; SENSITIVOS;
O VEGETATIVOS:
La introducción de substancias anestésicas en el espacio
epidural provoca la interrupción de la conducción de los
impulsos nerviosos en todo tipo de fibras, tanto sensitivas, como motoras,
como vegetativas. La interrupción de los impulsos sensitivos es
precisamente la acción buscada. En algunas ocasiones puede ser interesante
un bloqueo motor. El bloqueo de los impulsos en las fibras vegetativas
suele ser el causante de la mayor parte de los efectos secundarios de la
técnica.
Ya hemos comentado anteriormente las diferentes sensibilidades de los
distintos tipos de fibras nerviosas que pueden verse afectadas por el agente
anestésico. En principio, cuanto más fina sea la fibra, y
por tanto, mayor superficie en relación a su volumen tenga, más
sensible será a los efectos del anestésico. Las fibras más
finas son las vegetativas, seguidas de las de la sensibilidad térmica,
la dolorosa, la táctil, la sensibilidad baroceptiva, las motoras,
y finalmente las de la sensibilidad propioceptiva profunda. Por ello, al
depender la acción sobre las fibras vegetativas de concentraciones
pequeñas del agente anestésico, serán las primeramente
afectadas, y su bloqueo será el último en terminar. También
será el bloqueo de más extensión. Por el contrario,
los bloqueos motores, si los llega a haber, son tardíos y de mucha
menor duración que los sensitivos. Las fibras vegetativas que salen
de la médula pertenecen al sistema nervioso simpático. Estas
fibras salen por las raíces anteriores de los nervios raquídeos
DI a LII, llegan a las cadenas ganglionares paravertebrales,
hacen sinapsis y se extienden luego por todos los órganos. Dependiendo
de la extensión del bloqueo nervioso que se haya pretendido, se
bloquearán más o menos fibras simpáticas preganglionares,
y por tanto, los efectos secundarios tendrán una intensidad mayor
o menor.
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6.1.1. Región cervical:
En esta zona, el espacio epidural es bastante pequeño, y el anestésico
difunde hacia arriba y hacia abajo con facilidad. La difusión en
sentido caudal es mayor, ya que existe el factor de la presión negativa
peridural, más importante en la región torácica. Por
ello, prácticamente siempre, es de esperar un cierto grado del bloqueo
simpático superior cuando la inyección se hace en el espacio
cervical. Un bloqueo que se extienda más allá de DIV
bloqueará los nervios cardiacos al completo. Ello causará
una vasodilatación con descenso de las resistencias sistémicas
y un descenso de la TA. Algunos autores indican un discreto aumento de
la PVC, que interpretan como un efecto inotropo negativo. En general no
son de esperar efectos respiratorios, a no ser que se empleen grandes cantidades,
o inyecciones continuas de anestésico que puedan difundir hacia
los nervios frénicos. Los efectos neuroendocrinos que pueden observarse
a otros niveles de la columna, son nulos.
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6.1.2. Región torácica:
En esta región se encuentran la mayor parte de los eferentes
simpáticos, por lo que las acciones cardiovasculares serán
tanto más intensas cuanto más extenso sea el bloqueo de estos
eferentes. Si solamente se afecta el simpático inferior, es decir,
de DV hacia abajo, el nervio simpático superior, todavía
funcionante, puede compensar en parte las acciones del simpático
inferior, que son las mismas descritas anteriormente: vasodilatación,
disminución de las resistencias vasculares sistémicas, y
descenso de la TA. Dado que en este caso está intacto el sistema
simpático cardiaco, existe una taquicardia que aumenta de forma
compensadora el gasto cardiaco. Si el simpático superior también
es bloqueado, los efectos cardiovasculares son bastante más intensos,
y pueden precisar el aporte de líquidos o la infusión de
fármacos vasoactivos. La disminución del retorno venoso (mayor
capacitancia de las venas, al faltar el tono simpático), y de la
presión de la aurícula derecha ocasionan una bradicardia
paralela en cierto modo a la hipotensión ocasionada (reflejo de
Bainbridge). Por ello, la mejor manera de prevenir complicaciones es considerar
al enfermo como si de entrada fuera ligeramente hipovolémico, manteniéndolo
en una posición horizontal, y compensando las hipovolemias reales
que existieran previamente o puedan aparecer. Si es preciso un fármaco
vasoactivo, hay que elegir un vasoconstrictor con efecto mixto vascular
e inotropo positivo, como la efedrina. Cuando se utilizan anestésicos
locales con adrenalina, en un intento de alargar la duración del
efecto anestésico, esta droga puede llegar a ejercer su acción
de forma sistémica, dependiendo de la dosis absorbida que predominen
los efectos b o a
. Los primeros pueden aumentar la vasodilatación periférica
y balancear los efectos compensadores de un simpático superior no
afectado.
El bloqueo de los seis nervios simpáticos torácicos inferiores
bloquea entre otros órganos a las glándulas suprarrenales.
Ello ocasionará una ausencia de elevación de las catecolaminas
y otras hormonas que se segregan en situaciones de stress.
Aunque la inervación motora torácica puede llegar a bloquearse
totalmente, mientras que el diafragma esté intacto, la capacidad
vital se afecta como máximo en un 20%. Sobre el árbol bronquial,
este bloqueo provoca una broncodilatación, porque, si bien hay bloqueo
de la inervación simpática, como también se bloquean
los impulsos aferentes, se inhibe el arco reflejo de predominio broncoconstrictor.
El balance es favorable a una relajación del músculo liso
bronquial. Con un gasto cardiaco y una presión arterial pulmonar
disminuidos, los alvéolos se perfunden menos, aumenta el espacio
muerto alveolar y la relación VD/VT. Una cierta hiperventilación
compensadora impide el ascenso de la pCO2.
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6.1.3. Región lumbar:
Al ser el bloqueo simpático de menor extensión, la zona
libre de bloqueo suele compensar la pérdida de actividad de las
regiones inferiores del simpático. Estando intacta la actividad
de los nervios cardiacos, aparecerá un aumento de la frecuencia
y el volumen minuto cardiacos que compensará en general la pérdida
de las resistencias de los territorios de las extremidades inferiores y
pélvicos.
Con el enfermo en posición horizontal, en general todo el problema
es causado por la dilatación de los vasos de resistencia. Si el
sujeto está con las extremidades más bajas, puede acumularse
en ellas gran cantidad de sangre, disminuyendo además el retorno
venoso. Por ello todos los autores advierten de que, si en un enfermo analgesiado
vía epidural, aparece alguna alteración de la conducta o
de la conciencia, que haga pensar en una excesiva extensión craneal
del anestésico, el reflejo automático de poner la cabeza
del enfermo en situación más alta, con la esperanza de que
el ascenso del nivel no siga, puede ser deletéreo, ya que la mayoría
de los problemas que aparecen son precisamente debidos a situaciones de
hipovolemia-bajo gasto y escasa perfusión cerebral, y la maniobra
que debe efectuarse es precisamente la contraria: colocar al enfermo en
ligero Trendelemburg.
La influencia de la analgesia peridural sobre la función renal
es prácticamente nula si se evitan precisamente la situaciones de
hipovolemia y se mantienen presiones arteriales por encima de 80 mm Hg.
No está claro el efecto sobre las funciones metabólicas,
sintéticas y detoxificadoras del hígado, entre otras cosas
porque no hay parámetros sencillos aplicables de rutina en la clínica
que puedan medirlas bajo el efecto de la analgesia. Se ha encontrado un
enlentecimiento de la excreción de la bromosulfoftaleína
en casi la mitad de los enfermos, pero no en mayor extensión que
cuando se efectúan las mismas intervenciones con otros anestésicos
generales, por lo que adscribir este efecto a la anestesia peridural es,
cuando menos, arriesgado.
La acción bloqueante de los nervios suprarrenales produce una
ausencia de aumento intraanestésico de los 17-hidroxicorticoides,
que van aumentando hasta los niveles postoperatorios habituales tras el
cese de la anestesia epidural. Ello parece ser debido al bloqueo de las
vías aferentes al centro neurosecretor del hipotálamo que
a su vez modula la secreción de las hormonas antehipofisarias. Aunque
lógicamente debiera haber descenso de los niveles circulantes de
adrenalina y noradrenalina, estos han sido poco notorios.
Sobre el aparato digestivo, aparece un aumento del predominio parasimpático,
que se traduce en hiperperistaltismo de intestino delgado y colon. La función
del páncreas no es apenas afectada, ni en su aspecto endocrino,
ni en su papel exocrino, por depender fundamentalmente de reguladores humorales.
No obstante, en las pancreatitis disminuye el dolor, y relaja el esfínter
de Oddi, acciones ambas deseables, pues esta última impide el reflujo
biliar hacia el Wirsung. No parece afectar a la evolución.
No se han descrito acciones sobre el metabolismo intermediario, ni sobre
el equilibrio acido-básico.
En el sistema nervioso central, pueden alcanzarse concentraciones elevadas
- si la cantidad inyectada es importante, o las inyecciones muy repetidas
- tanto en la médula, en la que se producen bloqueos progresivos
de los distintos tipos de fibras que la componen, como en su extensión
hacia arriba o hacia abajo. Este tipo de problemas no es nada frecuente.
La circulación cerebral es poco afectada por la presencia o ausencia
de tono simpático, por lo que apenas se modifica excepto si existe
una hipotensión por debajo de sus límites de autorregulación,
lo que en un individuo con arterias permeables significa aproximadamente
una TA por debajo de 60 mm Hg. Este límite, es por supuesto, más
estrecho en los enfermos arteriosclerosos.
Muy difícilmente pueden aparecer acciones directas del anestésico
epidural que afecten al tronco cerebral, cuya inhibición precisaría
dosis muy elevadas. En ocasiones se han atribuido a este bloqueo del tronco
algunos accidentes anestésicos con paro cardiorespiratorio o colapso
cardiovascular. Invariablemente han ido acompañados de fuerte hipotensión
arterial, y en las ocasiones en que se han podido medir, las concentraciones
de anestésicos en las cercanías del tronco eran insuficientes
para atribuirles el problema. Por ello decíamos anteriormente que
era un grave error el levantar la cabeza del enfermo, porque empeora la
situación. |