[20]   [21]   [22]   [23]   [24]   [25]   [26]  
III. SINDROMES INFECCIOSOS [referencias bibliográficas 1-2-8-9-10]

La endocarditis infecciosa (EI) puede presentarse con un contexto clínico variado que depende del cuadro infeccioso en si, de las alteraciones que la infección causa en las estructuras cardíacas y las que a distancia desencadenan las embolias.

El diagnóstico se realiza de acuerdo a los criterios de Duke. Estos se dividen en criterios mayores y menores. Los criterios mayores son los determinados por:
  1. La comprobación mediante hemocultivos de un agente infeccioso factible de causar EI.
  2. La comprobación mediante ecografía del compromiso endocárdico.
La ecografía ocupa por consiguiente, un lugar central en el diagnostico de la EI.

Los criterios ecocardiográficos mayores están constituidos por el hallazgo de:

  1. Masas oscilantes intracárdiacas (vegetaciones) localizadas en válvulas, en las estructuras que las soportan, en el trayecto de un jet de insuficiencia valvular o en algún elemento protésico (válvulas, catéteres, electrodos) en ausencia de una explicación anatómica alternativa. Figuras [20] [21] [22] [23]

  2. Abscesos, de una nueva dehiscencia parcial de una prótesis valvular o la aparición de una nueva insuficiencia valvular. Figuras [25] [26]

La sensibilidad de la ETT para la detección de vegetaciones varía con el tamaño de las mismas, siendo en promedio de un 60%. La sensibilidad en la ETE es superior al 90%.

La especifidad por ambos procedimientos supera el 90% en manos de operadores experimentados. La ETE tiene también un alto valor predictivo negativo.

La ecografía no solamente visualiza las vegetaciones sino que también es imprescindible para detectar complicaciones intracardíacas como abscesos, perforaciones valvulares, fístulas, dehiscencias de válvulas protésicas y sus consecuencias hemodinámicas (cortocircuitos o insuficiencias valvulares).

La sospecha de complicaciones intracárdiacas, la presencia de prótesis valvulares, los cuadros sépticos severos o de insuficiencia cardiaca hacen necesaria una evaluación mediante ETE. Solamente en la endocarditis de la tricuspide (habitualmente en drogadictos) la ETE no ha mostrado superioridad a la ETT. Figura [24]

Las vegetaciones de más de 10 mm., sobre todo si son muy móviles y de poca densidad acústica, muestran un mayor riesgo de desprenderse y embolizar. El tamaño de las vegetaciones no ha mostrado relación con la mortalidad en la EI.

La cantidad de falsos negativos en la detección de vegetaciones por ETE oscila en el 5%. Si por clínica persiste la sospecha de una EI repetimos el ETE en el término de 7 a 15 días.


I.- DOLOR AGUDO TORACICO

II.- BÚSQUEDA DE FUENTE EMBOLIGENA

III.- SÍNDROMES INFECCIOSOS COMPLICADOS y/o de ETIOLOGÍA NO DETERMINADA

IV.- TRAUMATIZADOS CON SHOCK

V.- INESTABILIDAD HEMODINÁMICA.
BIBLIOGRAFIA SUGERIDA
VOLVER A PAGINA PRINCIPAL
ecocardio@hps.com.ar