Comunicación Nº: 058 | English version |
Santiago Madero, Amparo Benito, Pablo Kessler, Claudio Ballestín, Soledad Alonso, Francisco J. Martínez Tello
[Título] [Material y Métodos] [Resultados] [Iconografía] [Discusión] [Bibliografía]
Los tumores cardiacos primarios (TCP) benignos y malignos son muy infrecuentes (1). Aunque son mucho más frecuentes que los metastásicos, se ha estimado que en series de autopsia su incidencia oscila entre el 0,0017% en Estados Unidos (2) y el 0,1% en una serie de 7.200 autopsias efectuadas en un hospital francés (3). Las cifras de incidencia de los distintos tipos de TCP varían según la procedencia quirúrgica o autópsica de los datos, pero -en términos generales- el mixoma es el más frecuente (42%) y el sarcoma se situa en segundo lugar (16%). A su vez, dentro del grupo de los sarcomas el angiosarcoma es el TCP más frecuente (26%) (4).
El angiosarcoma cardiaco (AC) es un tumor maligno que se
origina en las estructuras del corazón y que está constituido
por células atípicas que forman canales vasculares
anastomosados o que presentan vacuolas intracitoplásmicas con
hematíes en su interior, y que muestran diferenciación
endotelial (5). Su incidencia en
series quirúrgicas es de aproximadamente el 37% (5), y hasta
1992 se habían publicado en la literatura médica 161 casos de
AC (6). Suele afectar a personas
adultas y se localiza casi siempre en la aurícula derecha, dando
lugar a sintomatología relacionada con la obstrucción del flujo
sanguíneo ventricular derecho, hemopericardio o constricción
pericárdica (5).