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Capítulo 12.3. Analgesia Epidural
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11. COMPLICACIONES:
11.1. COMPLICACIONES DEBIDAS A LA TÉCNICA: Los escalofríos y temblores pueden darse con casi cualquier agente, pero sobre todo con los anestésicos locales, debido a que la vasodilatación hace perder calor con rapidez al enfermo. Si el periodo de mantenimiento de la analgesia es largo, y no se tiene la precaución de tener abrigado al enfermo, puede aparecer una hipotermia progresiva, y la consiguiente reacción defensiva. Si la punción ha sido dificultosa, pueden aparecer posteriormente raquialgias, posiblemente por la distensión prolongada de los ligamentos de las articulaciones intervertebrales, que se han traccionado de forma extrema para abrir más el espacio intervertebral. En cuanto a los motivos de fracaso, el más frecuente es la imposibilidad
de hacer una punción con localización adecuada del espacio
epidural. El segundo motivo en incidencia de fracasos, parece ser la flexión
del catéter o su salida a través de uno de los orificios
de conjunción, cuando se pretende introducir más allá
de los 2-4 cm que aconsejábamos. Otra causa de fracaso, aunque es
fácil de diagnosticar si se realiza la dosis de prueba que preconizamos
siempre, es el alojamiento de la punta del catéter en una vena de
los plexos epidurales, lo que hace que, con las habitualmente bajas dosis
de fármacos que se utilizan, no aparezca efecto suficiente. El traumatismo
de una raíz nerviosa al penetrar la aguja o el catéter en
ella obliga a abandonar la técnica. Si la lesión ha sido
importante, pueden aparecer anomalías generalmente sensitivas. Si
se ha lesionado un vaso, sobre todo si hay alteraciones de la coagulación
no advertidas, puede formarse un hematoma que comprima estructuras subyacentes.
Es por ello que la existencia de alteraciones de coagulación
es una contraindicación formal de la técnica. Si se sospecha,
es obligada una resonancia magnética de la zona afectada, o si ello
no es posible, una mielografía, y si se confirma es precisa una
laminectomía urgente.La evitación, si es posible, de punciones
por encima de LII asegura que no se producirán lesiones
medulares.
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11.2. COMPLICACIONES RELACIONADAS
CON EL AGENTE:
Ya hemos citado en cada uno de los apartados las complicaciones propias
de cada tipo de agentes, por lo que no volveremos sobre ello. Con los anestésicos
locales, son muy raras las reacciones alérgicas, puesto que los
habitualmente utilizados por sus favorables características farmacológicas
carecen del grupo benzóico sustituido en posición para,
que es la causa más frecuente de reacción anafiláctica.Ya
hemos comentado también las causas de la hipotensión, aunque
el hecho de que la mayor parte de las que aparecen sean debidas a bloqueo
del simpático torácico no debe hacer abandonar el diagnóstico
diferencial de otras causas, como hemorragias, deshidrataciones previas,
sinergias con otros fármacos hipotensores, etc. La hipotensión
es una causa importante de morbilidad, por lo que apenas aparezca debe
ser combatida, pues se asocia de forma insidiosa a una anoxia cerebral
y a una depresión respiratoria progresiva, que puede pasar desapercibida
si el nivel de vigilancia es bajo, con la falsa confianza de que se trata
de una técnica locoregional, La realización de la inyección
de la dosis de prueba obvía la posibilidad de una inyección
masiva del analgésico vía raquídea, por lo que en
una técnica reglada, la extensión excesiva de la analgesia
debiera ser excepcional.La somatostatina parece haber dado en los animales
un número excesivo de complicaciones neurológicas, por lo
que ya dijimos estaba prácticamente descartada para otro uso que
el meramente experimental en animales.
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11.3. COMPLICACIONES RELACIONADAS
CON EL CATÉTER:Las reacciones adversas relacionadas
con el catéter epidural son raras. La inserción inadvertida
en el espacio intratecal o en una de las venas que drenan la sangre de
la médula es inmediatamente advertida si se sigue la técnica
que hemos recomendado más arriba, por lo que rara vez aparecen efectos
desagradables. La perforación de la duramadre ocasiona una cefalea
"espinal" intensa, sobre todo porque el orificio ocasionado por una aguja
de Tuohy o por el propio catéter, es de un diámetro muy superior
al ocasionado por una aguja de raquianestesia. Esta cefalea es intensa,
suele resolverse por sí misma en pocos días, y puede aliviarse
con una abundante ingesta de líquidos, manteniendo al enfermo en
posición en decúbito, y mediante el empleo de mezcla de analgésicos
como paracetamol-codeína. Rara vez hay que acudir a la infusión
epidural de suero fisiológico o a la creación de parches
hemáticos, un pequeño volumen de sangre inyectado en el espacio
epidural de la misma zona, que al coagularse, cierra el orificio de la
duramadre por donde se pierde el líquido cefaloraquídeo,
mecanismo que al parecer, es el causante de la cefalea. La infección
localizada del catéter es bastante poco frecuente (4.4% con 0.7%
de afectación del SNC) 65,
y cuando ocurre, suele ser debida a una contaminación hematógena
que anida en el catéter. Los patógenos más frecuentemente
aislados coinciden con la flora cutánea habitual. En el análisis
multivariante, el único factor que ha sido posible vincular con
la aparición de infecciones es una duración excesiva del
procedimiento de inserción del catéter (mayor de 100 minutos)
66 . No obstante, hay que tomar
todas las precauciones posibles para impedir la contaminación. Hay
que infundir el analgésico a través de un filtro bacteriano.
Dado que las soluciones de opiáceos y anestésicos utilizados
vía epidural debieran estar exentas de conservantes, si se utilizan
infusiones prolongadas, una vez preparadas, deben ser desechadas, y sustituidas
por otra de reciente preparación, lo más tardar a las 24
horas. Cualquier signo de infección sistémica en un enfermo
con catéter epidural es indicación para su retirada y cultivo.
Las infusiones preparadas para su utilización vía epidural
deben estar convenientemente rotuladas, así como el punto de inyección
del catéter, para evitar confusiones que supongan tanto la infusión
intravenosa de una mezcla preparada para la vía epidural, como la
situación contraria.Una complicación que puede presentarse
en manos inexpertas es la rotura del catéter y su secuestro en el
interior del espacio epidural. Generalmente esto se debe al intento de
retirar el catéter a través de una aguja de Tuohy alojada
en los tejidos, que, aunque relativamente roma, puede seccionar el catéter
con cierta facilidad. Aunque hay opiniones divergentes, parece que es mejor
dejar el fragmento del catéter alojado en los tejidos, que intentar
a toda costa extraerlo mediante búsqueda quirúrgica, ya que
el material del catéter es relativamente bien tolerado y puede ser
soportado durante largos años por el organismo. En todo caso, conviene
registrar el incidente, y establecer una vigilancia del enfermo por si
apareciera colonización bacteriana u otros problemas.
Aunque no será en general un problema en las unidades de medicina intensiva, se han descrito fibrosis del espacio epidural alrededor del emplazamiento del catéter, y a causa de este, con estrechamiento, loculación o encapsulación del espacio epidural y pérdida del efecto analgésico. |
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