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Capítulo 12. 4. Cuidados Intensivos pediátricos
11. FLUIDOTERAPIA |
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El objetivo en la UCIP es el suministro de agua y electrolitos a un niño críticamente enfermo y se refiere al ofrecido por vía intravenosa. Existen tres tipos de reposición hidroelectrolítica que a veces deben sumarse: a) terapéutica de mantenimiento o aporte de necesidades basales, en la que se reponen líquidos y electrolitos perdidos por respiración, orina, sudor y heces. Son los precisos para no crear un déficit en el niño encamado; b) terapéutica de reposición del déficit, en la que se administran los líquidos y electrolitos perdidos por causa de una enfermedad; c) terapéutica suplementaria o de reposición de pérdidas distintas a las habituales, como por aspiración a través de una sonda nasogástrica. Las necesidades basales hídricas en niños se calculan como sigue: - Los primeros 10 Kg: 100 cc/Kg - De 11 a 20 Kg: 1000 cc más 50 cc/Kg por cada kilo por encima de los diez - Más de 20 Kg: 1500 cc más 20 cc/Kg por cada kilo por encima de los veinte Las necesidades basales de electrolitos en niños son: - Sodio: 2-3 mEq/Kg/día - Calcio: 0,5-1 mEq/Kg/día - Potasio: 1-3 mEq/Kg/día - Magnesio: 0,2-0,5 mEq/Kg/día - Cloro: 2-4 mEq/Kg/día - Fosfato: 3-10 mg/Kg/día (0,1-0,2 mmol/Kg/día) El suero de mantenimiento se prepara con glucosado al 5%, pero se aumentará el aporte de glucosa si existe hipoglucemia. Aunque también son necesarias proteínas y grasas, no son esenciales a menos que el aporte oral se restrinja durante mucho tiempo. Así, suelen emplearse sueros isotónicos que resultan de la mezcla de líquidos isotónicos básicos como el suero fisiológico y el glucosado al 5%. Como norma general, para pacientes de menos de 15 Kg se emplean glucosalinos 1/5 y para mayores de 15 Kg glucosalinos 1/3, añadiendo potasio (como acetato o cloruro) y calcio (como gluconato cálcico al 10%). Otros iones, como fosfato y magnesio, no suelen ser necesarios salvo que la fluidoterapia se prolongue en el tiempo o exista un déficit previo. En cuanto al potasio, es importante tener en cuenta: que se haya iniciado la diuresis, que su concentración sérica no sea elevada y que no existan shock ni signos electrocardiográficos de hiperpotasemia. Nunca se debe emplear directamente sin diluir y una concentración segura en el suero empleado es la menor de 40 mEq/L. En pacientes críticos son importantes los balances hídricos, que dan una aproximación sobre lo adecuado de la reposición. Por un lado se valoran las entradas (que incluirán incluso líquidos administrados con la medicación) y por otro las salidas (pérdidas insensibles, diuresis, heces, drenajes, etc.). Debe confrontarse, si es posible, con el peso diario del enfermo. Las pérdidas insensibles (respiración y sudoración) estimadas en niños son mayores que en adultos y varían con la edad: - Pretérmino: 40-60 cc/Kg/día - 5-10 años: 20 cc/Kg/día - RN término-6 meses: 40 cc/Kg/día - Adolescentes: 10 cc/Kg/día - 6 meses-5 años: 30 cc/Kg/día En el balance de cada paciente, se valorarán situaciones como la fiebre, quemaduras, secuestro de líquido en un compartimento corporal (v. g. acumulación en tubo digestivo en íleo paralítico), que aumentan las pérdidas en cantidad no medible, o, por el contrario, entradas extraordinarias como la del gas humidificado durante la ventilación mecánica (10-15 ml/Kg/día). Aunque no suele incluirse en los balances, existe una producción de agua endógena resultante del metabolismo de los hidratos de carbono y grasas, que es aproximadamente de 12 ml/100 kilocalorías metabolizadas.134 |
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