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17.1. ETIOLOGÍA
Es la inflamación aguda del cerebro. Su origen en la mayoría
de los casos viral, aunque es preciso el diagnóstico diferencial
con otras causas infecciosas y no infecciosas.
Se estima la incidencia de encefalitis aguda vírica en la edad
pediátrica alrededor de 8-10 casos/100.000 habitantes/año,
siendo más frecuente en menores de 2 años.160
Analizando la distribución etiológica por edades, en
los lactantes se observa un predominio de encefalitis de causa desconocida,
así como las producidas por enterovirus y herpes simple. En los
niños mayores predominaban las encefalitis por sarampión,
rubeola y parotiditis hasta la instauración de la inmunización
triple vírica. Actualmente son más frecuentes las encefalitis
por varicela, adenovirus y Mycoplasma pneumoniae.
A diferencia del adulto, en la infancia se observa una mayor incidencia
de encefalitis, mayor diversidad etiológica y mejor pronóstico
global.
La lesión del SNC se puede producir por dos mecanismos:
- Encefalitis primaria: por lesión celular directa, debido a
toxicidad viral. Es el mecanismo fundamental de las encefalitis víricas.
- Encefalitis post y parainfecciosa: Depende de la respuesta inmunológica
del paciente, no aislándose el virus en el LCR. Es típica
de las encefalitis postvacunales o tras enfermedades exantemáticas.
17.2. DIAGNÓSTICO CLÍNICO
El diagnóstico clínico de encefalitis es sugerido por
la presencia de una afectación aguda del SNC con alteración
del nivel de conciencia o focalidad neurológica, normalmente asociada
a un síndrome febril.
Es frecuente el antecedente de una infección respiratoria previa
(20-30% de los casos), intestinal, o rash cutáneo. Los pródromos
de enfermedad febril, con alteración del estado general, pueden
estar ausentes, sobre todo en lactantes. Posteriormente se desarrolla la
afectación neurológica, con disminución del nivel
de conciencia, alternando letargia con irritabilidad, la aparición
de focalidad neurológica (paresias, crisis focales, ataxia, vértigo),
meningismo y signos de hipertension endocraneal. El cuadro neurológico
suele progresar de forma aguda en 2-7 días.
Si existe sospecha clínica, se realizarán exploraciones
complementarias:
- El recuento y fórmula leucocitaria es inespecífico.
Es frecuente la presencia de leucocitosis con neutrofilia, que evoluciona
a linfomonocitosis.
- Debe realizarse estudio del LCR, excepto si hay sospecha de hipertensión
endocraneal por el riesgo de herniación cerebral. El LCR típico
de las encefalitis virales es claro, con leucocitos entre 50-1000/mm3,
con predominio linfocitario, proteínas levemente aumentadas y glucosa
normal. Sin embargo, puede ser normal en fases precoces de la enfermedad,
debiendo repetirse el estudio con posterioridad.
- Serología: la obtención de títulos elevados
de IgM específica es excepcional, aunque puede ser de utilidad para
el diagnóstico de infecciones por arbovirus o en las formas neonatales.
El diagnóstico serológico de confirmación se obtiene
restrospectivamente al objetivarse seroconversión a las 2-4 semanas
de obtenida la primera muestra, por lo que no tiene utilidad terapéutica.
- Cultivos: generalmente los hemocultivos y cultivos de LCR son negativos.
Es posible en algunos casos la detección precoz de Ag viral. El
hallazgo del virus en otros fluidos corporales no confirma el diagnóstico,
pero lo hace más probable.
- EEG: es una prueba sensible, pero poco específica. Por lo
general, en las encefalitis víricas, independientemente de su etiología,
se observan ondas lentas difusas de sufrimiento cerebral. En la infección
por virus herpes simple puede observarse un predominio de la lesión
en zona frontoorbitaria y temporal, y en aproximadamente la mitad de los
casos, brotes de descargas de ondas-puntas hipervoltadas u ondas lentas
periódicas.
- Neurorradiología: el diagnóstico por TAC suele ser
tardío, ya que las alteraciones no aparecen hasta los 5-7días
de enfermedad. Se observan áreas hipodensas que en el caso de la
encefalitis herpética suelen localizarse en región frontotemporal.
La RNM puede detectar más precozmente las zonas de lesión,
que se observan como áreas de hipercaptación.
17.3. TRATAMIENTO
Se basa en el adecuado control de las constantes vitales, equilibrio
hidroelectrolítico y nivel de conciencia. Pueden existir crisis
convulsivas muy rebeldes al tratamiento convencional. El aumento de la
presión intracraneal requerirá restricción hídrica,
administración de diuréticos y en ocasiones hiperventilación.
Tan sólo existe tratamiento antivírico específico
en el caso de la encefalitis herpética. Está indicada la
administración de aciclovir a dosis de 30 mg/Kg/día repartido
en tres dosis por vía intravenosa durante 14 días. La efectividad
del tratamiento depende de su comienzo precoz y del nivel de coma a su
inicio, siendo su eficacia muy escasa si el GCS (Glasgow Coma Score) es
menor de 6.161
Dada la escasa toxicidad del aciclovir, está indicada su administración
de forma precoz ante la sospecha clínica de encefalitis, sin esperar
a su confirmación diagnóstica.
La encefalitis por varicela-zoster o virus de Epstein-Barr puede asimismo
tratarse con aciclovir, aunque su eficacia no está probada. Debe
considerarse también la posibilidad de encefalitis por Mycoplasma
pneumoniae, que requerirá un tratamiento antibiótico
específico.
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