INTRODUCCIÓN [referencias bibliográficas 1-2-3]

La ecografía constituye un método de rutina para el diagnostico no invasivo mediante el uso de ultrasonido.
En cardiología su utilidad estaba limitada por la difícil accesibilidad de algunas estructuras (p.e. aorta torácica, vena cava sup., orejuelas auriculares), la falta de resolución por la ubicación de las estructuras (venas pulmonares, aurícula izq. en pacientes con prótesis mitrales) o el tipo de lesión (vegetaciones en sus etapas iniciales).

También impiden un correcto estudio ultrasónico la falta de ventanas transtoracicas adecuadas como suele ocurrir en obesos, pulmonares crónicos, politraumatizados, pacientes en asistencia respiratoria mecánica, etc.

La utilización de la sonda transesofagica permitió superar muchos de estos inconvenientes al colocar los transductores en la inmediata vecindad del corazón y grandes vasos, lo que facultó el uso de cristales de mayor resolución (5-7 Mhz) con marcada mejoría en la definición anatómica y calidad de las imágenes.

Las primitivas sondas monoplanares fueron rápidamente suplantadas por biplanares a las que se han sumado en los últimos años las multiplanares que permiten realizar numerosos cortes en 180º.
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PROCEDIMIENTO

Comenzamos el examen del paciente con una ecografía transtoracica (ETT) para continuar con la ecografía transesofagica (ETE). Ambos procedimientos no se excluyen sino que se complementan. Como en la mayoría de los exámenes de diagnostico por imágenes, la ETE es operador dependiente. La calidad y fiabilidad del estudio depende de la experiencia del examinador. El instrumental es fácilmente transportable, por lo que el estudio se puede realizar al lado de la cama del paciente. Siempre disponemos de una via venosa, O2, tensiómetro y cardiodesfibrilador. Efectuamos sedación con midazolan (bolos endovenosos de 1 mg. por vez, no superando los 5 mg) y anestesia orofaringea con pulverización y jalea de lidocaina. No administramos fármacos que disminuyan las secreciones ni realizamos profilaxis de endocarditis bacteriana. En pacientes comatosos o con tubos nasogastricos y asistencia respiratoria mecánica utilizamos un laringoscopio. Una dificultad, a veces insalvable, la constituyen los politraumatizados con compromiso maxilar y/o de columna cervical. El tiempo del estudio es habitualmente corto (5 a 15 minutos) y los resultados disponibles de inmediato.

En figuras [1] [2] [3] [4] [5] se observan imágenes normales.
APLICACIÓN

La ETE puede ser de suma utilidad y frecuentemente definitoria en el diagnostico de un variado cuadro de situaciones habituales en los Servicios de Emergencia. Estas incluyen:

I.- DOLOR TORACICO AGUDO.

II.- BÚSQUEDA DE FUENTE EMBOLIGENA.

III.- SÍNDROMES INFECCIOSOS COMPLICADOS y/o de ETIOLOGÍA NO DETERMINADA.

IV.- TRAUMATIZADOS CON SHOCK.

V.- INESTABILIDAD HEMODINÁMICA.
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
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